La práctica continuada y sistemática del tai chi trae mejoras y progresos a nivel físico y motor, a nivel emocional y mental, pero también a nivel espiritual y transcendental. Esta mejora se da a nivel interno, en cada uno de nosotros y va a depender en gran medida, no ya de estar bien dirigidos por un buen maestro/a de tai chi, sino del propio esfuerzo, empeño e interés puestos en la tarea. Un maestro/a tiene tan sólo una misión: “enseñarnos el camino”, pero somos nosotros los que tenemos que recorrerlo; y en esto nadie puede sustituirnos.
Así las cosas, un practicante de tai chi comprometido con su práctica entrena más allá del horario establecido en el gimnasio al que asiste. No se resigna a ir una hora y media lo martes y jueves, por ejemplo. Entrena, digamos, también fuera de horas. Va al parque a practicar, busca información sobre tai chi, estudia y analiza vídeos por su cuenta, y practica, practica y practica.
Gran parte de esta práctica, más allá del horario del gimnasio, la hace en soledad, sin nadie que le acompañe. Esta situación si bien puede ser muy motivadora (al pensar “estoy haciendo algo que los demás no hacen” y me pone en ventaja sobre ellos) también puede originar dudas e inseguridades y el consiguiente abandono de la práctica (¿dónde voy yo?, ¿si practico solo, me aburro?...). Yo, que llevo varios años practicando solo, he pasado por esto y sé que estas cosas pasan.
Me gustaría dejar claro, que puesto a elegir, prefiero entrenar acompañado; pero esto no siempre es posible. Dado que cada uno tiene su vida, sus quehaceres y obligaciones. Así que, aunque no queramos, si estamos comprometidos con la consecución de nuestras metas en tai chi, nos veremos obligados a practicar sin compañía, en soledad. Es lo que hay.
Mas nadie piense que entrenar solo me supone una carga, un castigo o una tortura. Al revés, me ofrece una serie de ventajas muy interesantes:
- Voy a entrenar cuando puedo y cuando quiero, sin depender de los demás.
- Me permite centrarme en la tarea mucho más que si voy acompañado, (el número de estímulos dispersores: comentarios, risas, y charlas paralelas a la práctica del tai chi se reducen a cero).
- Planifico las actividades conforme a mi propio criterio y no conforme al de otros. Nadie me impone, salvo yo mismo, lo que voy a hacer.
- Lo mejor de entrenar solo es que pasado el tiempo te das cuenta que eres capaz de hacer muchas cosas por tí mismo sin depender tanto de los demás.
- Y, por supuesto, esta mayor dedicación a la práctica del tai chi trae consigo una disminución del tiempo en la obtención de resultados positivos.
Publicado por: Yo Samurai mitaichi.blogspot.com
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